miércoles, 30 de mayo de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO: En la quietud de la noche


El cartel anunciaba con letras grandes y  luminosas: No le gusta su actitud ante la vida, CÁMBIELA.
Cámbiela, se repitió una y otra vez. Ante él las imágenes de situaciones vividas se le aparecieron. Su falta de confianza, sus miedos, sus indecisiones. Nadie le tomaba en serio, nadie le creía capaz de imponer sus ideas. Sin arrojo, sin firmeza. Demasiado frágil, escuchó en una  ocasión a sus compañeros decir, cuando pensaban que ya se había marchado. Un huevón es lo que es, sentenció una voz que no supo distinguir.
No lo dudó, entró y tras informarle la chica de recepción de todos los detalles, se inscribió. El curso duraba tres semanas, le dijo. ¿El precio? trescientos euros. Sí, no me mire así, es  caro, pero le aseguramos resultados.
¡A bueno! si me aseguran resultados…
Asistió sin perder un solo día. Puntual se sentaba en la primera fila. Atento anotaba en su cuaderno, todo lo que suponía era importante.
Llegó el gran día. Hoy, no mañana ni pasado, hoy; el verdadero hombre que vivía dentro de él  por fin abandonaría su cárcel.
Al llegar las horas brujas,  en la quietud de la noche. Donde todo  es posible, donde convive lo blanco y lo negro, donde se pasea el amor y el desencanto, hay que realizar el conjuro, había dicho el monitor. Un tipo rubio de piel clara, complexión atlética y con acento inglés. Todas las chicas y algún que otro chico se quedaron enganchados en sus músculos trabajados duramente en el gimnasio. Sebastián lo observaba y le envidiaba. ¡Qué dominio, qué seguridad!
La noche se acercaba. Las horas turbadoras se hacían notar. Se cambió para la ocasión. Un traje de corte perfecto, camisa y gemelos, una corbata de seda compañera en detalles a un pañuelito que asomaba del bolsillo de la chaqueta, completaba lo que sería su nuevo look. Engominado, perfumado, se miró en la luna del armario. Se vio perfecto. Mostraba sin pudor ese cuerpo  hasta ahora oculto entre  dos tallas más grandes de la que realmente tenía.
¡Dios! Estoy imponente, pensó, mientras su lengua bordeaba las comisuras de sus labios.
Miró el reloj, marcaba las doce en punto. El silencio reinaba. Entre la oscuridad,  la luna mostraba todo su esplendor iluminando un cielo que poco a poco iba cuajándose de estrellas.
Se encaramó en el tejado con  total dominio de la situación. Recordó todo lo aprendido en el curso, recitar lentamente el conjuro, respirar profundamente, visualizar el cambio, proyectar el sonido y rugir, rugir como el tigre que llevaba dentro.
Cerró los ojos, tomo aire, abrió su boca y desde lo más profundo de sus entrañas surgió el rugido.

-!!Miau!!

Otras noches llenas de mágica quietud en casa de Neogéminis

martes, 29 de mayo de 2012

Ese sol que quema...





Días para ser feliz
Cerca o lejos
Aquí o allí
Porque yo soy yo
Y tú eres tú
No soy tu mitad
Ni tú la mía
Somos dos
Rodando a la par.
Porque yo soy yo
Y tú eres tú
Ahora calla
No digas nada
No hables
Sostén los silencios
No los dejes escapar.

Entre carias veladas
Ha llegado el momento
Perdámonos entre  las horas adelgazadas
De este día que vencido nos arrastra
Entre las sombras de la noche recién despertada.
Por que yo soy yo
Y tú eres tú.

miércoles, 23 de mayo de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO: Replicantes y robots


Áurea le observa tras los cristales de su habitación. Sus ojos se detienen en cada uno de los movimientos que su cuerpo ejecuta. Hubiera jurado una y mil veces que era él. Su estatura, el color de su pelo, esa forma peculiar de caminar como sentenciando. A cada pisada  una proclamación: soy el dueño del mundo. Hasta la voz ronca y profunda  tiene el mismo color. Tantos días con sus noches escuchando su bramido, se le había incrustado en las entrañas del desencanto. Imposible no oírla, no distinguirla entre miles que escuchase. Nada le importaba ya. Lo que hubiera sido no fue, lo que esperó no llegó y ahora de no haber sabido…
Él sintió que le observaba. Los sensores parpadeaban insistentemente ¡alerta, alerta!  Se giró y la vio allí, tras los cristales, tan lejana, tan inalcanzable, tan sola. Un sueño, de haber podido soñar.
Dicen que es una réplica, una copia exacta de Alexis, pero es imposible. Alexis es tosco en sus manifestaciones afectivas, brusco en sus palabras, dañino en su comportamiento. Duelen hasta sus silencios. No recuerdo ya si algún día fui feliz a su lado.
Una máquina, dicen que es una máquina, pero yo sé que hay algo distinto en él, un fallo en el programa tal vez. 
Áurea acercó  la mano a sus labios y lanzó un beso al aire. Él la miraba estático, rígido como un robot. Ella que no esperaba nada, se sorprendió al verle levantar el brazo. En un certero movimiento, agarro el beso  que  se perdía en el viento acercándolo hasta  ese corazón que no latía, ese corazón que era un circuito hecho de cobre.
De no haber sabido…
Otras replicas y replicantes en casa del amigo GUSTAVO

viernes, 18 de mayo de 2012

La espalda.


Deja que te toque la espalda… presiona con sus dedos vertebra a vertebra, como buscando un punto perdido en su anatomía. Se agarra a las caderas girándolas a derecha e izquierda. Sujetándole el cuerpo, le empuja suavemente, inclinándolo hasta que las manos de ella casi rozan el suelo. Buena flexibilidad, buen ángulo. Sube a la camilla, túmbate boca abajo.

El masaje comienza. Un suave amasar subterráneo, un fino estirar desgarrador, unas agujas que se clavan como rayos de sol al amanecer… Ella comienza a respirar profundamente, cree que el aire a su alrededor ha desaparecido, no consigue beberlo y sin pudor grita, ¡dios, dios! , sopla ¡uf!, ¡uf!...
Él sonríe mientras manipula cada vez con más fuerza. Ella vuelve a gritar…

De repente se abre la puerta. La chica de recepción y su compañera asoman tímidamente la cabeza y entre risitas le dicen: José nosotras también queremos que nos hagas eso. Todos rompen a reír.


De regreso en casa, se mira en el espejo. Estaba toda roja.

(Sesión de fisioterapia 50 €. !Cómo se sufre cuando se está malito!)


miércoles, 16 de mayo de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO: Pacto con el Diablo.


Pacto Fáustico

En la tienda de comestibles nunca tenían cambio. Yo iba a primera hora, antes de coger el autobús que me llevaba a la fábrica, y quería pagar con un billete de cincuenta euros, no quería llevar mucho dinero al trabajo. Allí no lo necesitaba, pero siempre me costaba cambiar.
Por fin llegué a un acuerdo con Fausto: cuando no tuviera cambio, me lo apuntaría y por la tarde, al volver de la fábrica, pasaría y se lo pagaría a su mujer. Virtudes y yo siempre nos hemos llevado bien, y como habíamos tonteado un poco cuando éramos niños… Él  procuraba tener cambio, aunque nunca lo conseguía. Yo siempre llevaba por la mañana el billete de cincuenta que me había dado su mujer la tarde anterior.


Algún que otro pacto sellado a fuego y sangre en casa de Gustavo, un diablillo encantador.

martes, 15 de mayo de 2012

VOCES UNIDAS.



Tu voz
Mi voz
Nuestra voz
Tus derechos y tus necesidades, tus urgencias
Mis derechos, mis necesidades, mis urgencias
Nuestros derechos, nuestras necesidades, nuestras urgencias.
Tu, mi, nuestra, LIBERTADD.
Tu, mi, nuestro GRITO.
LA VOZ que no calla ante tanta injusticia.
Tu, mi, nuestra VOZ.
Unidos somos más. SOLIDARIDAD.

jueves, 10 de mayo de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO: Erase una vez.

LA ABUELA CONSUELO, EL ABUELO JOSÉ.
Elena recién despertaba a la vida dejando atrás los cuentos infantiles, fieles  compañeros e inseparables durante su niñez. Hoy quedaban arrumbados sobre la estantería vistiéndose de polvo y olvido. En su mundo habitan príncipes y princesas no ya de papel. Descubría lo que era el  amor y el desamor, los encuentros y desencuentros, tan reales todos ellos como su corta edad alcanzaba a dibujar y soñar. Por eso esta noche en la que una tormenta se hacía oír tamborileando los cristales de la ventana y algún que otro fantasma anunciaba visitarla, llamó a su abuela. Ella acudió a su llamada sabedora de sus miedos.
-Abuela siéntate cerquita y cuéntame un cuento
-¿Un cuento, como cuando eras pequeña? Preguntó aun conociendo la respuesta.
-Noooo, cuéntame cómo enamoraste al abuelo, él tu príncipe azul, tu su rosa princesa.
Matilde sonrió, salió de la habitación y un instante más tarde, regresó llevando un sobre entre sus manos. Sentada a los pies de la cama de la nieta, carraspeo y con voz calma comenzó:
Erase una vez una muchacha de pelo ensortijado y de grandes ojos verdes que se quedó atrapada en el país de los enamorados. Erase una vez un joven que le gustaba jugar a ser mayor.
-No, no, abuela, la interrumpió. Sáltate esa parte y cuenta como la muchacha enamoro al joven.
La abuela rió, abrió el  sobre y desdoblo unas cuartillas amarillentas por el paso de los años.
-Impaciente jovencita, te leeré la carta que le muchacha le escribió, así fue como lo enamoro.
Se detuvo unos instantes, los recuerdos comenzaron a pasear entre su memoria, elevo su voz acallando tanta emoción.
“Mi querido amigo…..No sé muy bien como comenzar esto que hoy escribo, nunca me senté frente a un papel tan blanco con la única intención de volcar en él, esta madreselva de sentimientos entrelazados que crecen y crecen dentro de mí. Van tomando forma, vida, una vida propia, independiente a mi razón. Hacen que me sienta insegura dentro de la más absoluta seguridad. Me poseen, no cabe duda y yo me dejo arrastrar. Arrastrar y arrasar.
Hay días en los que controlarlos se me hace un tormento, otros en cambio nadan tranquilos en el mar sereno de mi alma. Vivaces asaltan mis pensamientos invadiendo cada rincón de mi ser, embriagándome de una felicidad inmensa, felicidad que se torna inquietud  cuando en un intento por escapar de su prisión son embestidos por el silencio de mis labios. Rebeldes quisieran gritar tu nombre o susurrarlo como brisa que acaricia tu piel. La cárcel en la que habitan se va desmoronando, los diques que los contienen van cediendo. Se hacen fuertes, tanto que nada los detendrá.
Ya no puedo sostener tu mirada porque mis ojos me delatan. Ellos dictan lo que deben o no deben alcanzar a mirar y es en ellos que las palabras no dichas se me desbordan.
Habitas cada segundo de los sesenta minutos de cada una de mis horas. Eres el primer pensamiento de mis días y el último de mis noches.
Cuando te siento o te presiento el aire me falta y toda yo tiemblo. Te has convertido en  el centro de mi universo.
Pero tú no escuchas mi grito y ¿Cómo vas escuchar lo que no sabes? ¿Y cómo vas a saber si no te hablo? No formo parte de tu circulo, tu mundo es otro ¡tan distinto al mío! No sé de qué manera caminar esos pasos que nos separan.
Hoy he decidido que será esta hoja blanca la que lo haga por mí.
Ahora podría escribir TE AMO, y quedaría bien, pero así leyéndolo me parece que suena tibio, le falta vida. Si alguien me escribiese esto, me resultaría frío; no tiene voz, no tiene color ni calor. No tiene nada más que miedo y frío.
No me gusta sentir frío.
Hace tiempo que un recuerdo me atormenta, recuerdo recurrente que regresa una y otra vez abriendo una brecha que hiere. La fiesta de Isabella,  ¿te acuerdas? en ella me emborrache por primera vez de ese olor amaderado que me fue envolviendo al tiempo que te acercabas a mí.
 -¿Bailas? me pediste tendiendo tus manos. Yo las recibí y al ritmo de la cadente música nuestros  cuerpos se acercaron. Tus manos rodearon mi espalda, yo, me deje. Su tacto calmó mis dudas, mis miedos. Manos que alientan, manos que abrigan. Manos, eran tus manos recorriendo suavemente mi espalda. Territorio desconocido para ti, hasta entonces prohibido.
Meses más tarde nos volvimos a encontrar, fue en el teatro real. Entre acto y acto al pasar junto a mí, solo pronunciaste un saludo cortés, pero cuando te alejabas las yemas de tus dedos, como suaves mariposas que alzan el vuelo, rozaron las mías. Una llamarada de fuego sacudió todo mi ser, tú, tú, tú…me dejabas un regalo.
Hoy soy yo quien te regala.
-Te amo, por lo que eres y por lo que haces que  sea, por lo que sientes y por lo que haces que sienta. Por esas señales que vas dibujando a mí alrededor llenas de misterio, un juego consentido, al que sabes que siempre jugaré.
Te amo y te deseo. Deseo acariciar, acariciarte, oler, olerte, besar, besarte, amar, amarte.
¿Y tú, que deseas tú?"
-¿Que dijo abuela?, ¿Qué dijo?
-A ti, solo a ti.
Elena sonrió. Matilde la beso en la frente.
-Abuela acercarme tu fotografía, si, esa en la que apareces como te pintó el abuelo.
Matilde la dejó sobre la mesita de noche. La niña la miró embelesada.
El autor de esta obra es un artista en el más amplio sentido de la palabra Javier,
-Gracias abuela, susurro. Cerró sus ojos y se durmió.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Otros cuentos, muchos más en casa de José Vicente

martes, 8 de mayo de 2012

Hace un sol radiante.


Aprendiéndome
Descubriéndome
Recorriéndome
Desdibujando los pasos herrados
Las palabras sin sentido
Repletas de rincones huecos y vacios.
Inventándome
Proyectandome
Encontrándome
Aspirar
Ambicionar.
Aprendiéndote
Recorriéndote
Encontrándote.
Piel con piel
Corazón con corazón.
Acurrucándome
Acurrucándote
Amándote
Amándome.

jueves, 3 de mayo de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO: Castillos, juglares, bufones y Cascamorras.


Este año yo seré EL CASCAMORRAS. Por fin mi sueño se hará realidad. Tomare la bandera entre mis manos y la ondearé al viento. Les mostraré la fuerza que nace en el fondo de mi corazón. Me vestiré con los colores más llamativos, rojo, verde y amarillo, colores que realzan mi valor y osadía.
Bufón de los bufones.
No reirán hoy conmigo, porque mi bravura vencerá. Hoy el héroe seré Yo. Rescatare a nuestra señora y la llevare a la ermita, su morada, nuestra casa. Nadie impedirá mi cometido. Hagan lo que hagan en este día ellos serán los vencidos.
 Para conocer su historia si os pica la curiosidad pinchad el enlace Cascamorras 
Visitamos otras historias medievales en casa de Teresa

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